Realmente te das cuenta, entre otras cosas, que estás en manos de un manipulador cuando ves que estás llevando una vida que no es la que te hace feliz o la que querés. Pusiste a la otra persona antes que a tus propias necesidades. Esto de alguna manera socavó tu autoestima y tu capacidad de sentirte una persona valiosa. Claro si estás en manos de un manipulador, seguramente estés leyendo esto y creas que gran parte de lo sucedido es tu culpa, porque la víctima hasta último momento justifica a su manipulador.
Existen dos tipos de empatía, la empatía emocional, que es la que te permite ponerte en los zapatos de la otra persona y poder sentir lo que el otro siente, y la empatía cognitiva, que permite descubrir cuál es el punto débil del otro, para usarlo a su propia conveniencia. Las personas manipuladoras tienen una alta empatía cognitiva, que sumada a distintas herramientas que pueden utilizar, logra que una persona cumpla sus deseos.
Los manipuladores son personas que poseen un discurso importante, y pueden dar vuelta una conversación según su conveniencia. Buscan crear un desequilibrio de poder, que le permita, de alguna manera, tener a la otra persona a sus pies. Ellos utilizan diferentes “herramientas” para que las personas cumplan lo que ellos desean conseguir. Entre estas herramientas se encuentra el miedo, los regalos, la lástima, la culpa, la seducción.
Los manipuladores suelen tener un estilo particular para accionar, aunque pueden variar de uno a otro:
* Puede ubicarse en un rol de Víctima, ubicándote en un rol de perseguidor. Desarrollan un discurso dónde generan culpa en los demás. Ellos nunca tienen la culpa de nada, la culpa siempre está en los otros, sos las víctimas, son tan buenos que no merecía lo que se les hizo.
* Es posible que tome un rol de necesitado. Dependen del otro, se presentan como personas débiles que necesitan ayuda. De esta manera manipulan tus sentimientos, haciéndote creer que su felicidad depende de vos y lo que hagas.
* Su rol puede ser agresivo activo. Muestran claramente que ellos son los que tienen el poder y mandan, de manera tal que cedés, y permitís cosas, con tal de que no haya discusiones.
* El jugador. No juega cualquier juego, juega psicológicamente. Poniéndose en un rol, pero cambiándolo. Al principio parece ser tu amigo, estar de tu parte, pero luego cambia, toman información para ponerla a su favor.
* El agresivo indirecto. Suele ser sarcástico, con comentarios, humillaciones o miradas demuestran su superioridad, te hacen sentir inferior y te manipulan.
* El señor perfecto. Ellos son perfectos y nadie llega a sus estándares de perfección. Siempre que pueda te va a mostrar que estás equivocado, que cometiste un error, que hiciste las cosas mal, no estás dentro de sus “normas de calidad”, de esta manera generan inseguridad y falta de confianza en vos mismo.
¿Sos víctima de un manipulador? Podés hacerte las siguientes preguntas para detectar en que tipo de relación te encontrás:
¿Pones al otro en primer lugar antes que a vos mismo en todo? ¿te sentís respetado? ¿Sentís culpa por lo que pasa? ¿Te sentís inferior? ¿Las expectativas y demandas de esta persona son razonables? ¿Ambos en la relación dan y reciben, o uno da todo y el otro poco o nada a cambio? ¿Te sentís bien con vos mismo en esta relación? ¿Sentís que te ayuda a crecer? ¿Te sentís vos mismo, o creés que sos aceptado cuando hacés solo lo que el otro quiere?
Estás preguntas no son una base para pensar en que tipo de relación estás, para poder hacer los cambios que sean necesarios.
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