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Beneficios psicológicos de la asertividad
Asertividad es una palabra que poco se usa y poco se conoce. Seguramente conozcas lo que es la agresión y la sumisión, que son polos opuestos en las relaciones con los demás. La asertividad que es un amplio espacio intermedio, dónde no se es agresivo ni sumiso, pero es un concepto poco enseñado.
La asertividad es una habilidad que involucra saber defender tus derechos de forma clara delante de los demás, teniendo en cuenta al mismo tiempo los efectos que esto provoca en ellos buscando no lastimarlos.
Aristóteles decía: “Enojarse es fácil, pero enojarse en la magnitud adecuada, con la persona adecuada, en el momento adecuado eso es cosa de sabios”
La asertividad está formada por un repertorio amplio de conductas que se aplican a muchas situaciones sociales. Por ejemplo, algunas de ellas se relacionan con el hecho de poder decir “no” a peticiones que te hagan los otros y que considerás inapropiadas o simplemente que no querés o no podés hacer.
Otras implican que seas capaz de expresar a los demás algo que te molesta de su comportamiento y pedir que lo cambien. Las personas asertivas también saben expresar sus emociones verdaderas de forma adecuada, ya sean positivas o negativas. Además son empáticas y tienen en cuenta cómo se sienten los demás.
Ni agresivo ni sumiso
Se puede entender este concepto de asertividad como un continuo de comportamiento, encontrando en un extremo la conducta pasiva y en el otro la agresiva. La asertividad es un espacio, donde se encuentran estas conductas, que se observan cerca del punto medio entre la agresividad y la sumisión.
Cualquiera de estos tres estilos de comunicación (agresivo, sumiso, asertivo) lleva consigo conductas visibles, verbalizaciones y aspectos de la comunicación no verbal como gestos, movimientos y posturas corporales.
Las personas que se comunican de forma pasiva por lo general se muestran inhibidos, y evitan el enfrentamiento con los demás por miedo a no ser aceptados, no expresan sus opiniones ni defienden sus derechos. Esto muchas veces hace que “guarden” dentro de sí lo que realmente quisieran decirles a los demás, por lo que en algunos casos, luego de mucho tiempo siendo pasivos, “explotan” en reacciones agresivas.
Por otro lado, el estilo de comunicación agresivo implica defender los derechos, pero de forma inapropiada, porque no tienen en cuenta como se sienten los demás. Es por esto que las personas agresivas imponen sus opiniones y sus deseos por sobre los de los demás, a veces a la fuerza.
Las personas asertivas son aquellas que, como ya expresé, defienden sus derechos teniendo en cuenta al mismo tiempo los de los demás, sin lastimar al otro, pero sin callarse lo que desean o no desean.
Hay consecuencias.
Cada una de estas conductas tiene una consecuencia, tanto en las relaciones interpersonales, como en lo psicológico.
Generalmente las personas sumisas buscan continuamente la aprobación de los demás y sienten que no pueden influir sobre ellos ni expresar lo suyo. Razón por la cual, muchas veces, hacen lo que no desean y renuncian a sus propios gustos. Como consecuencia va a ser baja su autoestima y van a moverse interpersonalmente como personas inseguras.
La persona agresiva trata de hacer que su opinión y sus gustos sean los que se cumplen, no les permite a los demás expresarse, por lo que a mediano tiempo sus relaciones con los demás se ven afectadas. Esto hace que sus relaciones no sean satisfactorias, por lo que su autoestima también se ve afectada.
Las personas que se comunican de forma asertiva se sienten generalmente más felices y satisfechos. Defender lo propio asertivamente contribuye a tener un autoconcepto y una autoestima positivos. Esto sucede porque, si tenés este estilo de comunicación, estás fomentando la confianza y la seguridad en la capacidad que tenés para relacionarse de forma adecuada, y no permitir que los demás se aprovechen de vos.
Entonces, si sos asertivo vas a tener relaciones interpersonales más gratificantes y satisfactorias, por lo que tu autoestima va a ser más positiva.
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