[fusion_builder_container hundred_percent=”no” equal_height_columns=”no” menu_anchor=”” hide_on_mobile=”small-visibility,medium-visibility,large-visibility” class=”” id=”” background_color=”” background_image=”” background_position=”center center” background_repeat=”no-repeat” fade=”no” background_parallax=”none” parallax_speed=”0.3″ video_mp4=”” video_webm=”” video_ogv=”” video_url=”” video_aspect_ratio=”16:9″ video_loop=”yes” video_mute=”yes” overlay_color=”” video_preview_image=”” border_size=”” border_color=”” border_style=”solid” padding_top=”” padding_bottom=”” padding_left=”” padding_right=””][fusion_builder_row][fusion_builder_column type=”1_1″ layout=”1_1″ background_position=”left top” background_color=”” border_size=”” border_color=”” border_style=”solid” border_position=”all” spacing=”yes” background_image=”” background_repeat=”no-repeat” padding=”” margin_top=”0px” margin_bottom=”0px” class=”” id=”” animation_type=”” animation_speed=”0.3″ animation_direction=”left” hide_on_mobile=”small-visibility,medium-visibility,large-visibility” center_content=”no” last=”no” min_height=”” hover_type=”none” link=””][fusion_text]
Cómo resistir a la víctima crónica
Les hablé ya de lo qué es el victimismo crónico. El triángulo dramático está formado por tres roles que son complementarios. Victimario, víctima y salvador. Quien se ubica crónicamente en un rol de víctima, automáticamente hace que los demás ocupen el rol de victimarios. Las personas victimistas hacen que los demás siempre se vean como culpables. De esta manera usan una serie de estrategias, mayormente inconscientes, partes de un juego psicológico, para ubicar a las otras personas en este rol.
No tener en cuenta estas tácticas de la víctima crónica puede hacer que puedas caer con más facilidad ante sus trampas, y que te sientas culpable de lo que al otro le sucede.
Un modo de comunicación particular.
La victima crónica descalifica y hace sentir mal al otro, de manera que se convierta en atacante, asumiendo el rol de perseguidor. Lo logran asumiendo el rol de víctima en cualquier discusión, haciendo que la otra persona quede como autoritaria o atacante. Este punto es conocido en la disciplina que estudia las argumentaciones como “retórica centrista”, ya que es una táctica que pretende presentar al enemigo como un radical, en vez de refutar o mejorar sus argumentos. De este modo, todo argumento del otro solo es una demostración de agresividad y extremismo.
Si se ven acorralados por una afirmación o un dato irrefutable, la persona victimista no contestará con argumentos o aportando otros datos sino va a decir algo como: “Siempre me atacás, ¿me tratás de mentiroso?” o bien “No me gusta que impongas tu punto de vista”.
Irse antes de que suene la campana
La persona victimista orienta su discurso a evadir su responsabilidad, para evitar reconocer sus errores o pedir perdón por algo que hizo mal.Para eso va a salir de la discusión antes de tiempo. La estrategia más habitual, además de descalificar el argumento de su interlocutor, como expresé antes, esquivando el problema para no reconocer que estaba errado en su postura.
¿Cómo lo hacen? Asumiendo el papel de víctima y manipulando la situación para que la discusión se convierta en un espiral de confusión. De esta manera el victimista proyecta sus errores hacia el adversario.
Por ejemplo, si en una discusión, el oponente aporta un dato comprobado y fiable que contradice la postura de la persona victimista, ésta última no reconocerá que estaba equivocada. En lugar de eso, intentará retirarse usando frases típicas. “Este dato no contradice lo que yo decía. No me confundas con datos que tienen nada que ver” o “Me atacás solo por opinar, al final nunca puedo decir lo que pienso”. Después de decir estas cosas, lo habitual es que abandone la discusión sintiéndose “ganador”.
Chantaje emocional
La última de las estrategias que más frecuentemente usan las victimas crónicas es el chantaje emocional. Es la parte del juego psicológico, dónde conociendo la debilidad de su adversario, la va a usar para victimizarse. Las personas actúan el rol de víctimas tienen una gran capacidad para reconocer emociones, y usan las dudas y flaquezas de las otras personas en su propio beneficio.
Este tipo de actitud se puede ejemplificar, con el novio que intenta culpabilizar a su pareja con frases como: “Con todo lo que hago siempre por vos, y así pagás”.
Como no entrar en su juego.
Lo principal es que, si tienes una víctima crónica entre tur relaciones puedas identificarlo. Es importante hacerle notar que sus lamentos siempre son los mismos y que lo importante es buscar soluciones, y dejarle en claro que no vamos a escuchar quejas. Más allá de todo, no tenés que aceptar que te intenten hacer sentir culpable de los problemas de otros. Nadie puede herir tus sentimientos a no ser que vos mismo le des ese poder.
Una buena manera de lograrlo, es hacer un “tiempo fuera” cada vez que empieza a quejarse. En lugar de escucharlo y empezar una discusión dándole la posibilidad de hacerse víctima, es irse, no dándole lo que inconscientemente espera. Lo importante es sumar a esto acciones positivas hacia esa persona cada vez que no se queja y que dice cosas
[/fusion_text][/fusion_builder_column][/fusion_builder_row][/fusion_builder_container]